Salud mental, resquebrajada por la pandemia.

El miedo al covid-19, la ansiedad generada por el aislamiento obligatorio y la incertidumbre ante los impactos económicos de la pandemia, incrementaron las consultas de salud mental en Neiva. Especialistas advierten que este panorama es preocupante y requiere especial atención.

La ansiedad, la depresión, el insomnio y el pánico se apoderaron de cientos de huilenses en medio de la pandemia. Especialistas advierten que la salud mental de los niños y jóvenes presentó un mayor deterioro durante el confinamiento, en comparación con la de los adultos mayores.

El médico psiquiatra Miguel Alfredo Navarro Lamprea, coordinador de la Unidad Mental del Hospital Universitario de Neiva (HUN), revela que se han duplicado las consultas e ingresos a esta área de atención desde el inicio de la pandemia.

“En este mismo período normalmente registrábamos 200 ingresos hospitalarios a la Unidad Mental, este año estamos hablando del doble. Lo mismo ha sucedido con las consultas en todas las patologías, se han duplicado”, asevera el especialista.

Navarro Lamprea asegura que la patología que está primando es la psicosis, un trastorno mental caracterizado por una desconexión de la realidad, el cual está relacionado con el consumo de sustancias psicoactivas, habito que se potenció en el confinamiento, junto con la ingesta de alcohol.

Indica, que, en general, las patologías más frecuentes en los pacientes que han sido atendidos en la Unidad Mental del HUN, son depresión, esquizofrenia paranoide, trastorno afectivo bipolar y del estado de ánimo.

Lo más preocupante, es que la pandemia puso contra las cuerdas principalmente la salud mental de los niños y jóvenes. De acuerdo al médico psiquiatra, “las poblaciones con más consultas son los pacientes desde los 22 años hasta los 36 años de edad, asimismo, aumentaron mucho las atenciones infantiles por abuso sexual”.

El coordinador de la Unidad Mental del Hospital Universitario de Neiva, hace un llamado a las diferentes entidades de salud, a priorizar la atención en salud mental. “Si no actuamos ahora, estas patologías van a empeorar en un par de meses, es alarmante, quisiera ser un poco más positivista respecto a lo que está sucediendo, pero realmente en el departamento la gente está sufriendo mucho. Recomendamos educación en salud mental, que se abran los espacios con psicólogos y demás profesionales para alivianar también, sensaciones de angustia y ansiedad, que muchas veces la población no sabe manejar.”

Gran impacto en menores

La psiquiatra Claudia Marcela Salcedo Melo, referente en salud mental de niños y adolescentes, quien trabaja en un consultorio particular y en una Institución Prestadora de Salud (IPS) en Neiva, también revela un aumento de consultas durante la pandemia del covid-19.

“Ha ido aumentando en un 30% la consulta del paciente particular, creo que esta tendencia se está presentando en la medida en que los padres conocen y conviven con sus hijos”, explica.

Salcedo Melo indica que los impactos del aislamiento obligatorio en los menores empezaron a evidenciarse un mes después de iniciar el confinamiento. “Los primeros 30 días de confinamiento no hubo cambios significativos en los niños y adolescentes, porque ellos tienen mayor capacidad de adaptación y se sintieron privilegiados de ser enviados a casa a estar con sus familias, además, venía Semana Santa, este contexto hizo que se tomaran un ´vacacional’. Pero después del mes si vi cambios, aumentó considerablemente la consulta particular y la del contributivo, especialmente en mayores de 12 años”, expresa.

En esta población, de acuerdo a la psiquiatra, el trastorno mixto de ansiedad y depresión, así como los trastornos de conducta y de las emociones, fueron los principales motivos de atención.

“Diversos factores impactaron a los adolescentes; el empezar a tener pobre contacto social, la incertidumbre por el regreso a su vida normal, por cuánto tiempo estará la educación virtual, la tristeza por las celebraciones canceladas, esas preocupaciones se presentaron en los chicos de 15 años en promedio”, expone.

Entre tanto, en el grupo de los prescolares, según la especialista, se han presentado trastornos de conducta y emociones. “Antes de la pandemia, los niños eran remitidos de los colegios a consulta, principalmente, por trastornos en habilidades escolares o de impulsividad, ahora los traen los padres ante cambios en los patrones de sueño, la falta de cumplimiento de normas y la irritabilidad en ellos”, complementa Salcedo Melo.

Agrega, que “la tendencia de las consultas va en aumento, pues en Neiva ha crecido la incertidumbre por el número de contagios. Los adolescentes se han sentido muy vulnerados. Tengo dos chicos que me llaman muchísimo la atención; uno de ellos terminó haciendo un intento de suicidio porque le dio covid-19, y a pesar de que hizo el aislamiento, tenía sensación de culpa de que podía trasmitírselo a los abuelos. Otro caso corresponde a una chica que tenía un proyecto de vida por fuera del país y debía devolverse”.

¿Qué hacer?

En este contexto, la psiquiatra referente en salud mental de niños y adolescentes, recomienda a los padres de familia trabajar en tres pilares que permitirán disminuir los impactos de la realidad actual en la salud mental de los menores. “Es importante ayudarles a disminuir la angustia e incertidumbre con la creación de rutinas de alimentación, sueño, actividades de ocio y físicas, las cuales permitan a los niños y adolescentes tener mayor tranquilidad; es vital, además, reactivar la equidad entre padre y madre en el cuidado de los menores para generar más seguridad y evitar el maltrato intrafamiliar. Finalmente, es necesario tener una comunicación asertiva en todo momento”.

De otro lado, para la psicóloga neivana, Paola Trujillo Falla, “la pandemia ha traído crisis en todos los ámbitos, y la salud mental no ha sido la excepción. Primero porque no estábamos preparados para un encierro de tanto tiempo, entonces el poder adaptarnos a la nueva realidad generó cambios bruscos en el ciclo del sueño, en la alimentación y en las actividades cotidianas”.

A lo anterior, expresa la especialista, se sumó el colapso financiero y económico que viven muchas familias. En este contexto, Trujillo Falla resalta la necesidad de priorizar la salud mental y comprender que sí es posible emerger en un panorama difícil.

“Pensamos que el estar confinados tanto tiempo nos iba a hacer crecer como personas, a valorar más ciertas cosas importantes, pero la realidad es otra, el ser humano no ha cambiado. Pienso que la única manera de levantarnos y salir adelante, a nivel financiero, emocional, personal y familiar, es venciendo los sentimientos negativos y apoyándonos más”, indicó.

Precisa que la pandemia no es lo peor que nos ha pasado “ha sido difícil, pero no ha sido lo peor. He visto personas experimentar abandono, pérdida de personas queridas, ruinas económicas y, aun así, han salido adelante. Todos tenemos algo en nuestra historia que nos ha dolido y, a la vez, nos ha hecho fuertes y valientes. Crecer duele, es un aprendizaje. De la covid-19 hemos aprendido muchas cosas y seguiremos aprendiendo”.

Centro de Escucha, línea de vida

La Secretaría de Salud Departamental del Huila ha dispuesto de canales y grupos de atención especiales, para orientar a quienes padecen diferentes tipos de afecciones en el contexto actual. Especialistas del área de salud mental, invitan a todos los huilenses que requieran atención y apoyo de profesionales, comunicarse al siguiente número: 321 907 3439.

Debe saber que…

* ¿Cuáles son los trastornos mentales más comunes que se han presentado en Huila?

Depresión unipolar, trastorno bipolar, consumo problemático de alcohol y otras sustancias alucinógenas, trastornos por estrés postraumático, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno de pánico e insomnio primario.

* ¿Cómo afectan los problemas de salud mental en la gente?

Afectan la forma cómo una persona piensa, lo que siente, su percepción del entorno y, sobre todo, altera su relación con los demás. Los problemas mentales son más comunes y menos persistentes en el tiempo. En algún momento de nuestra vida experimentamos sentimientos de tristeza, ansiedad, insomnio u otros síntomas que pueden generarnos malestar y algunos inconvenientes, pero que no llegan a provocar un deterioro significativo en nuestra vida social, laboral o en otras áreas importantes de nuestra actividad cotidiana.

TOMADO DEL DIARIO LA NACIÓN