El pediatra Gabriel Darío Alarcón explica por qué es importante la vacunación en los niños. Refiere que de no cumplir con ella, podríamos evidenciar el resurgir de enfermedades como neumonía, polio o meningitis.
Actualmente nos preguntan con frecuencia sobre la importancia de tener completo el esquema de vacunación durante el periodo de Pandemia por covid-19 y más aún ante un futuro retorno de los estudiantes a las aulas de clase. La verdad es que las vacunas son muy importantes con y sin pandemia. Su eficacia es tan grande que muchas enfermedades fueron realmente olvidadas y ni los actuales médicos las conocemos, excepto por lo encontrado en los libros. La viruela desapareció, casi lo hace la difteria y el sarampión. Pero la falta de cobertura en algunos países, la pobreza, las guerras y peor aún, los grupos antivacunas de moda en la actualidad han permitido que no se hayan alcanzado las metas de erradicación. ¿Quiénes de nosotros no recuerdan al niño con secuelas de polio, a los niños de la familia que murieron por Meningitis o por Neumonía? ya no los vemos. La mayoría de los padres de hoy no vieron las consecuencias devastadoras de esas enfermedades. Por eso, tenemos la impresión de que ya no son necesarias las vacunas pues ya esas patologías “no existen”.
Al dejar de vacunar veremos el resurgir de las enfermedades, secuelas y muerte. Las epidemias causadas por enfermedades prevenibles por vacunas, reaparecerían. Estamos ante una situación gravísima en salud y ya hay quienes dicen no se harán vacunar cuando lleguen los biológicos, paradójico.
La población colombiana ha sido muy juiciosa con el cumplimiento de los esquemas de vacunación. Realmente los médicos que trabajamos en vacunación somos conscientes de una gran adherencia de los padres al esquema de vacunas del Plan de Inmunizaciones. Pero nos preocupa que, aunque muy pocos, ya llegan familias que rechazan este importante manejo científico sustentados en lecturas de internet. El internet dio la capacidad de hablar a los necios y los nombró portadores de la verdad.
La realidad es que las vacunas salvan muchas vidas, millones. Evitan secuelas, disminuyen tiempos de incapacidad, disminuyen gastos en salud, el sufrimiento de niños y familias. Son la intervención en salud pública más eficaz luego de la implementación del agua potable. Invertiríamos horas en hablar de sus beneficios. Seguiremos siendo sus defensores. Podemos decir que el proceso de vacunación en Colombia es muy seguro. El país tiene uno de los mejores y más amplios esquemas. Los biológicos utilizados son de gran calidad y esto se sustenta en los serios y seguros procesos de investigación, creación de nuevas vacunas y su fabricación. El almacenamiento, transporte, distribución, conservación, cadena de frio, etc, deben cumplir con rigurosas normas muy vigiladas.
Los padres debemos estar siempre pendientes del cumplimiento de todo el esquema de vacunación. SI hay dudas, podemos preguntar al Pediatra y al personal de vacunación, ampliamente conocedor del tema y gran apoyo en el engranaje de los servicios de salud. Siempre que acudan a una cita deben llevar el carnet de vacunación para revisar que no nos falte ninguna dosis y lógicamente no puede haber niños sin vacunar al ingresar a los colegios y guarderías. Si todos están vacunados se protege también al que aún no lo está. Pero si uno solo no está vacunado es un factor de riesgo para todo el grupo.
El apasionante tema de las vacunas debe estar de la mano de una adecuada nutrición. La vacuna natural es la leche materna, que debe ser el alimento exclusivo que los niños reciben desde el nacimiento hasta los 6 meses y continuarla acompañando a la dieta complementaria hasta por lo menos los dos años de edad. Los alimentos que reciben nuestros niños deben ser siempre saludables. Evitar los alimentos procesados y volver a lo natural. Incrementar el consumo de frutas y verduras.
Finalmente, recordar que la prevención es asunto de todos y parte de nuestra responsabilidad social.
TOMADO DEL DIARIO LA NACIÓN
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